Apurados
Me quedé parado en la esquina de San Antonio con la Alameda, esperando la ola de multitud, para cruzar la calle. En ese momento, una muchacha me tomó del brazo, al mismo tiempo que me preguntó si me ayudaba. Acepté agradecido. Avanzamos unos 50 metros, sorteando a las personas que venían en sentido contrario y mientras me llevaba a su propio paso, pensé: "que rápido camina la gente, cuando ve".
Etiquetas: 100 palabras, chile, ciego, cuento, santiago
3 Comments:
Buenisimo, me gustan las histiorias así.
Saludos.
Hermoso
Soy un amante de las historias y de esta manera me gusta poder viajar mucho para vivir las mias. Constantemente estoy buscando con Avantrip la posibilidad de obtener pasajes baratos a otros sitios
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