miércoles, marzo 26, 2008

Aprendiendo

Pablo Labra repentinamente decidió que parte de esa mañana la dedicaría a disfrutar de la historia y el arte al aire libre que brinda el bandejón central de la Alameda, por lo que se bajó de la micro en la intersección con Brasil, mucho antes del lugar donde se baja para ir a trabajar.
Pasó por constituciones, presidentes, homenajes a grandes personalidades que han formado nuestra historia y obsequios a nuestro país, hasta que llegó a la intersección con Ahumada, cruzó el lado norte de la Alameda, se sumergió en el mar de gente y desapareció, como todas las mañanas.