jueves, abril 10, 2008

Edad/actitud

Todo tiene que ver con la actitud.
Veo a mujeres de 35 o 40 años, regias, con su estilo propio, profesionales e inteligentes y que se frustran porque los hombres (específicamente sus ex) prefieren a las pendejas con piel lisa y sus carnes apretadas.
Dos de mis compañeras de trabajo hablaban sobre lo asombradas que estaban y bastante desilusionadas de este comportamiento. Una de ellas decía: “ahora ni me miran, antes yo mataba pero ahora los hueones prefieren a las pendejjj…-dio una mirada de 1 segundo a mi persona y continuó- a las hueonas más jóvenes”…no sé qué era peor.
Las escuchaba con ese tono de frustración y desilusión, con esa rabia de estar cansadas, de querer llamar la atención de un hombre nuevamente, como cuando eran jóvenes, de querer ser deseadas y valoradas, de ser amadas y de amar. Las escuchaba y pensaba que no quiero llegar a esa edad y pensar de esa forma; si se miraran un poco más y se dieran cuenta que a nosotras “las pendejas” o ”hueonas más jóvenes” nos llevan la ventaja en importantísimos aspectos de la vida, si se dieran cuenta de lo valiosas que son y lo llamativas que llegan a ser, si cambiaran su actitud frente a la vida y se dieran cuenta que “la llevan” sólo por el hecho de tener más años y conservarse jóvenes nos sólo en el cuerpo si no que también en el alma, las cosas cambiarían para ellas.
Creo que con esa actitud es difícil darse cuenta cuando un hombre mira o coquetea. Creo que ese pensamiento hace que exista una venda en los ojos, en el corazón y en el alma y al final el daño propio es mayor que el daño de la indiferencia masculina.
En mi caso veo a las niñas de 20 años, con su vientre liso y sus carnes firmes y recuerdo con nostalgia cuando yo tenía esa edad y disfrutaba de esas mismas características que ya no existen en mí, pero hoy disfruto de la experiencia, de la sabiduría de mis años y sé que mi actitud mueve las hormonas del sexo opuesto, mi “parada” a veces confrontacional y sin vergüenza me ha hecho tener bastante éxito y no es por ser la más “rica” ni la mina con mejor cuerpo -porque a mi alrededor hay niñas y mujeres que en ese aspecto son mejor que yo- es simplemente por saberse mejor de adentro.
Hoy me miro al espejo…al espejo interior y me doy cuenta -con mi cuerpo varias veces usado y maltratado- que yo tengo un valor agregado que es la experiencia de vida, me sé sabia de cosas que las niñas de 20 no saben, he vivido más momentos en la vida, he llorado más, he amado más, he reído con más ganas, he odiado y he respirado el aire que ellas luego respirarán. Me paro con los brazos cruzados y las observo por arriba del hombro, sin menos preciarlas, sólo observando sus caídas, mientras las de 40 observan las mías.
Esa es la actitud.